**Métodos y Experiencias en la Reproducción de Anobium punctatum ("De Geer")** Publicado el: 10-03-2023 Métodos y Experiencias en la Reproducción de Anobium punctatum ("De Geer") Von S. Cymorek **Del Departamento Científico-Técnico de Desowag-Bayer Holzschutz GmbH, Krefeld-Uerclingen** **_Resumen_** Para el ensayo de conservantes del aceite de acuerdo con la Normativa Europea, se examinan larvas y especímenes Punctatum tipo A, en determinadas condiciones. La especie es útil para la experimentación, pero se determina su dificultad para su reproducción en laboratorios. El método de cría se describe en este ensayo después de muchos años de experimentación, tras los cuales se ha concluido su posibilidad de reproducción del tipo Punctatum A, en un ciclo de dos años en albura de roble en un clima favorable. Si se utilizan dos cultivos, uno de los cuales se cría en cada uno de los dos ciclos sucesivos, se puede obtener anualmente una eclosión masiva de ejemplares. Para la incubación y la posterior eclosión, se ha demostrado que es indispensable un periodo de enfriamiento. Un problema importante para su reproducción son los ácaros parásitos del grupo Pediculoides ventricosus. Las resistencia contra ellas son limitadas. Las pruebas de los órganos simbiontes han demostrado que las infecciones pueden ser causadas por bacterias no patógenas. Se está estudiando una descripción concluyente del proceso de cría como propuesta para la Normativa Europea. **_Importancia de la Especie como animal de Reproducción y Experimentación _**La investigación a través de numerosos organismos para la conservación de la madera se han llevado a cabo mediante ensayos como herramienta Sin embargo, mientras la supervivencia de importantes especies de hongos que habitan en alimentos sintéticos de uso diario, como los tubérculos no es posible, la presencia de insectos destructores de la madera sí requiere de considerables esfuerzos. No obstante, son necesarias ya que la Normativa Europea, por ejemplo en el ensayo de conservantes de la madera, presupone hoy en día una disponibilidad casi arbitraria de al menos tres especies dañinas para la madera en distintas categorías Baker 1974; Becker, Brautigam, Cymorek 1971]: Las larvas de 2 a 5 mg de peso corporal de tipo A punctatum se destinan a las normas EN 21 (1973) y EN 48 (1974); para la norma EN 49 (1974) se requieren, en caso necesario, el tipo kafer recién eclosionado. Esta clase de peso de larvas forma sólo una pequeña proporción de una población reproductora, y no es fácil mantener las cifras de A punctatum frente al ritmo natural climático y su reproducción diversas veces al año. Para las especies _Nonn Lyctus brunneus_ (Steph.) y _Hylotrupes bajulus_ (L.), se han probado métodos de reproducción controlada y se han añadido breves descripciones a las normas correspondientes. Falta una descripción del tipo para _A punctatum_, tampoco encontramos en la literatura información sobre cómo deben cumplirse las estipulaciones de las normas de reproducción de las mismas. Las infestaciones silvestres y la cría incontrolada también producen larvas y escarabajos, pero difícilmente con los niveles de calidad y cantidad estándares. Además, la cría en libertad entraña constantemente graves peligros de parásitos para los propios experimentadores. Como demuestran numerosos comentarios literarios, el trabajo experimental puede verse especialmente afectado por los ácaros esféricos del grupo _Pediculoides ventiscous_. Esto coincide con nuestra experiencia: Una presencia satisfactoria de Anobium requiere la ausencia absoluta de Pediculoides. El A. punctatum, junto con algunos otros miembros de los Anobiiclae y Ptiniclac, forman un grupo de ciíferos que también se caracterizan por peculiaridades en su reacción a las sustancias activas. La susceptibilidad de las larvas de A. punctatum a los insecticidas puede aumentar o reducirse mucho en comparación con las larvas de Hylotrupes o Lyclus [Becker 1938, 1959, 1961a, b, 1962, 1964; Schulze, Becker 1942, 1950], lo que también se aplica a la comparación con Ptilinus pectinicornis (L.) [Kumorek 1970] e incluso al comportamiento de fragmentación en materiales de las astillas de madera [White 1969]. Aunque el tipo A punctatum es sensible a varios ésteres de ácido fosfórico, presenta una notable resistencia natural al DDT y al clordano [LBocker 1961 b]. Los compuestos del grupo de los carbamatos se comportan de forma muy diferente; algunos homonmiméticos sometidos a ensayo fueron buenos sobre Lyctus brunneus y L. africans Lesne, e ineficaces sobre A punctatum en concentraciones adecuadas. Los insecticidas de contacto minclertóxicos de todos los grupos de ingredientes activos tienden a ser selectivos. En la actualidad, la Normativa Europea concede cada vez más importancia al tipo A punctatum como organismo de ensayo y reproducción, para la investigación en el campo de la conservación de la madera para sustancias activas menos tóxicas o no tóxicas. El uso de esta especie para las pruebas de laboratorio nos parece inaceptable.  Sería irresponsable aplicar conservantes de madera de un nuevo tipo sin realizar pruebas en los lugares donde A punctatum es dominante; en nuestro país, tal distinción es primordial para la protección de las obras de arte creadas en madera. **Observaciones previas sobre la Reproducción** El procedimiento aquí descrito se ha probado a lo largo de 5 generaciones de Anobium; evolucionando lentamente a partir de experiencias negativas y positivas. Los trabajos de Becker [1940, 1942, 1943] fueron de una apoyo decisivo al respecto, revelando sobre todo las condiciones climáticas óptimas y los límites climáticos para el desarrollo larvario, así como conduciendo a un conocimiento más profundo de esta especie y de su patrón de distribución. La naturaleza ofrece una dieta adecuada y está indicada por Becker [1942] y por los estudios de Parkin [1940] para las enzimas intestinales y la digestión de los hidratos de carbono. Es aconsejable leer estas publicaciones y los trabajos de Baker, Laicllaw, Smith [1970]; Kelsey, Spiller, Winsome Dcnne [1945]; Kelsey [1947]; Seifert [1962] **Selección del alimento, Observación del crecimiento de las larvas** Tras experimentos de cría con frondosas y coníferas, las apreciadas frondosas de albura de roble, aliso, tilo, álamo, chopo y avellano en rama demostraron ser más adecuadas que la albura de las coníferas como la picea y el abeto. Los ensayos de reproducción con coníferas se encuentran en el 7º año. Sólo unas veces contadas  se reprodujeron más del 10% de las larvas eclosionadas. La primera eclosión se produjo en el tercer y cuarto año. Algunos eclosionan en el 6º año (tablilla de pino local y madera de abeto). Según los resultados del estudio, las larvas restantes requerirán de un total de 8 a 10 años para alcanzar su pleno desarrollo. Después, las especies de coníferas europeas Pinus sylvestris L., Picea abies Karst., .-Abies alba Mill. no son aptas para la cría. Los larguísimos tiempos de desarrollo también arrojan luz sobre la cuestión, a menudo discutida, de cuán vieja debe ser la madera para que pueda ser atacada por A. punctatum (Linscott 1963]. Hasta ahora, el desarrollo larvario ha sido más favorable en la madera partida de roble de la calidad utilizada para la cría de especies de Lyctus (EN 20 - 1973). Esta madera se recoge en invierno, se descorteza, se seca suavemente y es rica en almidón. Aunque las larvas de A. punctatum no necesitan el almidón de la madera como fuente de hidratos de carbono, son capaces de hacer un uso adicional de él, como demostraron los hallazgos de Parkin [1940] sobre las enzimas intestinales; las larvas de esa madera eran ricas en almidón. Las astillas de roble de esta calidad son ricas en proteínas [Bletchley, Fanncr 1959; Kumorek 1966]. Las larvas se desarrollan siempre en gran número en este bosque; en 9 a 12 meses se alcanzan larvas de "tamaño normal", en 16 meses han crecido alrededor del 70% de los ejemplares, se produce la eclosión masiva -incluida una invernada natural (noviembre: marzo) en el segundo año- 23 meses después del inicio de la cría. Hasta ahora, sólo hemos conseguido buenos resultados con madera de álamo tras el proceso de impregnación al vacío con solución de extracto de levadura al 1% en agua [Cymorek 1970] y con ramas de avellano [Baker, Savory, Smith 1969]. El buen crecimiento de las larvas en la albura de roble puede incrementarse aún más mediante un tratamiento previo con extracto de levadura (Fig. 3). Sin embargo, el uso general de estos aditivos no es aconsejable si las instalaciones de humidificación de la sala funcionan con agua no estéril y es difícil mantener una higiene estricta de la sala. Las dietas compuestas clínicamente y ciertas galletas para perros íCymorek 1965; Baker, Bletchlv 19661 son las que más dificultan el desarrollo larvario. Desgraciadamente, las fórmulas alimenticias resultaron cada vez más nocivas para los simbiontes vitales de A. punctalum, similares a las levaduras, al cabo de 2 o 3 generaciones, y las tortas de hongos ingleses probadas ya eran nocivas en la 1ª generación. [F. P. R. L. 1966; Cymorek i.l.]. Que las larvas con la simbiosis dañada sobrevivan o no tras el traslado depende del grado de pérdida del simbionte, así como del tipo y de la composición química de la madera. Este tipo de dietas no son adecuadas para la cría de larvas y ciegos para el ensayo de conservantes de la madera. Esto no impide el uso con éxito de dietas para el estudio de detalles biológicos en anobiidos, Meyer 1970; Cymorek 1972], y son indispensables para la  rápida reproducción de larvas de especies indeterminadas con el fin de la identificación de especies**_._** El crecimiento de las larvas se supervisa tomando muestras de larvas o con ayuda de fotografías de rayos X. Se observará entonces que las larvas también se desarrollan a ritmos diferentes en las astillas de roble, en función del contenido alimenticio de cada trozo de madera. Esto puede aprovecharse para obtener larvas de peso normal (2 ... 5 mg) durante muchos meses. Un ejemplo para la determinación aproximada de la clase de peso se muestra en la relación 1:1 (Fig. Cl4); un método para estimar el peso larvario en el rontgenograma es descrito por Baker [1966]. La dosis de radiación en radiografías normales no daña las larvas [Bletchly 1962]; los simbiontes también permanecieron sin daños reconocibles en larvas y siluros desarrollados a partir de ellas. La importancia del simbionte para A. punctatum sugiere su control. Una formación curvada del micetoma (Fig. 1) es señal de un rico relleno de simbiontes y del buen estado de la larva. El contenido del micetoma puede examinarse fácilmente en muestras exprimidas al microscopio de contraste de fase. **_Climatización y Control del Tiempo_** Las condiciones climáticas óptimas para el crecimiento de las larvas se sitúan entre 22 y 23 C con una humedad relativa del 100%. No hay nada que añadir a estos datos según Becker [1942, 1943]. En la práctica, sin embargo, se contraindica una humedad del 100%, ya que las pequeñas fluctuaciones de temperatura ya provocan condensación de agua en los recipientes de cría. Por esta razón, la norma europea EN 21 (1973) especifica 20...22° C ± 1'' C, 80-85% el: 5% rd. humedad. Esto corresponde a las condiciones prácticas que pueden mantenerse; la tendencia debe ser hacia la cifra más alta en cada caso. Sin embargo, las precipitaciones de agua o la condensación pueden provocar niveles de humedad más elevados en algunos recipientes de cultivo. Esto puede provocar el enmohecimiento de la superficie de la madera muy rica en nutrientes, tras lo cual pueden desarrollarse fácilmente pulgones (Copeo Gnatha) y ácaros (Gamasina, Glycvphagus, Tyrophagus) como comedores de moho, huevos y cadáveres, así como alérgenos. Simplemente pintando la madera con una solución de 2-hidroxidifenil sódico, al 0,5% en agua, se ha demostrado eficaz contra esto. El tratamiento se lleva a cabo no antes de 3 meses después de la eclosión de los huevos. Estas condiciones climáticas, próximas a las óptimas para el crecimiento larvario, pierden su efecto favorable cuando las larvas han alcanzado la madurez de pupa. Que sepamos, Bletchly [1957] mencionó por primera vez "que una diapausa parece ser necesaria"; obtuvo una mejor eclosión del café practicando la invernada de las larvas al aire libre. Esta afirmación fue confirmada para la cría en diatomeas [Baker, Bletchly 1966; Cymorek 1968]; obtuvimos una proporción de eclosión de crías de 35:1 a partir de tortas de madera sintéticas con y sin hibernación. Las larvas adultas de A. punctatum necesitan una refrigeración adecuada para poder incubar en grandes cantidades al mismo tiempo y transformarse en óvulos, al igual que las larvas de cuerno largo doméstico (Becker 1949; Rasmussen 1961). Al igual que éstas, están sujetas a una forma de parapausa [i. S. von Müller 1965, 1970; Thiele 1973; Cymorek 1968), pero esta forma de diapausa está más desarrollada, al menos en nuestra cepa reproductora de A. punctatum. Mientras que a partir de poblaciones reproductoras de A. punctatum, la avena puede eclosionar a lo largo de todo el año -según los experimentos en un plazo de 9 meses 35%-, la avena A. punctatum procedente de virutas de roble eclosiona al cabo de 15 a 17 meses sin enfriarse sólo un 2%. Este porcentaje es improductivo para las pruebas; las larvas restantes alcanzan pesos de hasta 20 mg, destruyen totalmente la madera, se lesionan unas a otras y mueren durante un período de tiempo más largo. La refrigeración necesaria puede conseguirse en las salas de cría aspirando el aire invernal con ayuda de un ventilador -desde mediados de noviembre hasta finales de marzo- o trasladando los alevines de cría a una caseta con clima exterior. En este sistema de cría con albura de bellota como alimento, la avena se obtiene en el segundo año, de abril a julio. En el año intermedio, no hay avena disponible. Para lograr la eclosión anual de los kafer, es necesario iniciar dos ciclos de cría, uno al lado del otro, con un desfase de un año (Fig. 5). Si una oviposición al año no es suficiente, se puede inducir una oviposición intermedia mediante enfriamiento artificial en frigorífico. Mientras que la forma natural de hibernación (de mediados de noviembre a finales de marzo) siempre ha sido muy eficaz en Uerdingen y ha provocado eclosiones masivas, desde Inglaterra se ha informado de la falta de éxito en el clima que predomina allí. Sin embargo, la alternancia del ciclo climático entre abril y junio fue eficaz en una población reproductora, por lo que se sospechó que la alternancia del ciclo climático era un factor desencadenante. Berry [1973] profundizó en esta cuestión utilizando una cámara de vacas controlada automáticamente con diferentes programas de temperatura. Una secuencia en forma de arco entre 7 y 13ºC en 24 h cada una (Cam A) tuvo éxito al cabo de 40 días; los experimentos tuvieron lugar en invierno (de noviembre a febrero). La leva A produjo un 62% de eclosiones tras un tiempo de permanencia (tiempo transcurrido entre el final del tratamiento con frío y el inicio de la eclosión) de 80 días. _La tipología Perding se comporta de forma diferente en experimentos similares. En el caso de la hibernación artificial, en este caso contra el curso climático natural de las estaciones de julio a septiembre, las condiciones climáticas alternantes entre 7 y 17 ºC en 24 h (Fig. 6) a lo largo de 40 y 60 días no tuvieron un efecto favorable. El mejor resultado de eclosión hasta el momento se consiguió con el periodo de enfriamiento más largo probado de 60 días a + 7 ºC, 65 ... 70% humedad relativa, en frigorífico (ejemplos en Tab. 1)._ _El porcentaje de óvulos eclosionados no es el único factor decisivo para evaluar la eficacia del enfriamiento. La duración de la eclosión y el peso medio de las larvas restantes son criterios importantes; el ensayo DU-60, por ejemplo, se vio perjudicado por un mayor número de larvas inmaduras. También se sabe por estudios realizados en gallinas ponedoras [Cymorek 1968] que un tiempo y temperatura de enfriamiento insuficientes pueden provocar una pérdida de peso. Un tiempo de enfriamiento y una temperatura inadecuados provocan un retraso en la eclosión con un largo periodo de eclosión._ _En uno de los ensayos, los experimentos de enfriamiento con A. punctatum también mostraron que el número de larvas en la madera puede desempeñar un papel importante. En el caso de un número muy elevado de larvas en madera muy carcomida (aprox. 3 larvas por cm3), éstas se atacaban entre sí y se herían de tal forma que casi no se producía la eclosión del escarabajo. Esta forma de autorregulación es perjudicial para la cría y requiere una proporción adecuada entre la masa de madera y el número previsto de larvas. Según la experiencia hasta la fecha, se puede esperar una media de 10... 12 ejemplares por hembra como descendencia de la madera de roble astillar de 15 a 20 cm3 de esta madera por hembra es una proporción favorable._ _Según el estado actual de los conocimientos, para una eclosión intermedia inducida artificialmente de este tipo de una población reproductora en Alemania Occidental, las condiciones en un frigorífico normal a 65 ... 70% rel. Humedad por post-humidificación, de 60 a 80 días. Sin embargo, aún no se ha investigado suficientemente la fertilidad y el desarrollo de estos cultivos de ramas de producción secundaria. Sin embargo, como fue posible que A. punctatum superará el velo estacional en el lado cervecero del mundo en Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica, Sur de Brasil, hay esperanzas de éxito de una conversión también en el laboratorio._ **_Gewinn des Zuchtmaterial, Geschlechtsbestimmung,  Verhaltensweisen_** En la zona continental de Europa Central y Oriental, las estructuras agrícolas con montones infestados, tallos, troncos y leños son recursos naturales del material de partida necesario; los árboles también pueden ser buenas fuentes para el plantel reproductor. Cuando recoja madera, busque la que contenga el mayor número posible de larvas y el menor número posible de agujeros de eclosión. La madera muy carcomida y con muchos agujeros suele contener sólo unas pocas larvas, pero un gran número de parásitos. Este material de partida para la cría nunca debe llegar al laboratorio ni a las salas de cría. Manténgalo lo más lejos posible en una cabaña adecuada y sin calefacción. Humedezca esta madera de vez en cuando. Las personas que trabajan con este material no deben limpiarlo sin una limpieza intensiva. No debe permitirse que entren mudas de ropa en el laboratorio ni en las salas de cría. Una normativa estricta en este sentido es tan importante para la cría como una alimentación y un clima adecuados. Para la cría, los escarabajos que eclosionan en mayo y junio se capturan diariamente por la mañana y también se golpean los trozos de madera; sin golpear se obtienen muy pocas hembras. Al principio del periodo de latencia predominan los escarabajos machos, hacia el final predominan los escarabajos hembras. Por lo tanto, es aconsejablemantener refrigerados algunos de los machos para que sigan disponibles al final del periodo de eclosión. Es importante para el éxito de la cría capturar tantos machos como sea posible al principio. Cuantos más machos falten, más hembras frescas obtendrás más adelante. Las hembras que buscan un macho se encuentran en la superficie de la madera (imagen 2). En la cópula, las hembras se comportan de forma fotofóbica y prefieren retirarse al pasaje de eclosión con el macho adherido, como hacen posteriormente para la oviposición (Fig. 7). Los chafers interceptados diariamente no deben entrar aún en las salas de cría, requieren una cuarentena previa y deben ser separados por sexos. Un tarro de cristal de 1,5 l con cierre hermético que contenga un filtro de papel enroscado en anillas de cristal puede servir como estación de cuarentena. El papel de filtro se empapa previamente con una solución al 1% de B-naftol en alcohol y se vuelve a secar completamente antes de su utilización; la parte superior del vidrio está provista de una capa de barrera para evitar que la avena se salga. En la Fig. 8 se muestra un ejemplo de disposición adecuada. La avena se conserva en un tarro de este tipo durante 24 horas. El B-naphtol actúa como un repelente en los ácaros jóvenes y, en caso de contacto prolongado, como acaricida. Los ácaros jóvenes arrastrados abandonan los escarabajos o los muerden bajo las cubiertas alares; estos escarabajos caen cojos en el sumidero de los anillos de cristal. En 24 h se realiza una selección en: 1. escarabajos sanos en el papel filtro dañados y parasitados en el sumidero. La avena sana se utiliza para la cría, el sumidero se destruye por calor o fijador (por ejemplo, según Carnoy). Como recipientes de cría se utilizan frascos de vidrio de aproximadamente 1,5 l de capacidad con madera de calidad adecuada, calculada en 15 a 20 cm3 por hembra. Las superficies transversales orientadas hacia arriba se cubren con una gasa fina de 0,3 ... Ancho de malla de 0,5 mm y cola de metilcelulosa (de calidad alimentaria). Las hembras prefieren poner sus huevos en los cuadrados de malla, porque corresponden aproximadamente al huevo y, evidentemente, responden mejor a las necesidades cuando faltan pasadizos de eclosión. Este método de la gasa según Kelsey [1946] ha permanecido hasta ahora insuperable para la cría en madera, es uno de los trucos más bellos de la entomología de la carcoma. Sólo la perforación con un disco de corte dio resultados casi tan buenos. Tras la cuarentena y antes del acoplamiento, los kafer deben separarse por sexos. Kelsey, Spiller, Winsome Denne [1945] describen características absolutamente Bliche sobre la base de las diferencias en los segmentos abdominales y anales (Fig. 9). Para las pruebas según la norma EN 49, la separación estricta de los sexos según estas características es indispensable, pero para la cría lleva demasiado tiempo. Sin embargo, si uno se familiariza con la ayuda de estas características fiables al principio de cada período de eclosión, pronto será capaz de reconocer el fenotipo de los sexos incluso a simple vista. Se basa en la siguiente combinación: \Hembras: generalmente más grandes, más redondeadas, más gruesas; más grávidas; con un abdomen abultado de color marrón rojizo y antenas relativamente más cortas. Los machos: más pequeño, más delgado; más rápido; con vientre plano, más oscuro y antenas relativamente largas. Las personas sin formación cometen alrededor de un 15% de errores según estas características borrosas tras la prueba, las personas con formación un 5 ... 10% de errores. Esto es suficiente para la cría. En la Fig. 10 se muestra una disposición sencilla y probada de un tarro de cría. El cierre del tarro consiste en una gasa más gruesa que la utilizada para la puesta de huevos. Esto es necesario para mantener una trampa de olor entre machos y hembras a través del intercambio de aire. Para ello también es útil la circulación de aire en la sala de cría mediante un ventilador. Los sexos se encuentran a través de un atrayente sexual de las hembras [Cymorek 1964], lo que se ha comprobado tras numerosas observaciones y el experimento en una corriente de aire pasada sobre hembras confinadas. La capacidad de orientación de los machos está, en comparación con la de Ptilinus, sólo débilmente desarrollada y es similar a la de los berrendos domésticos. Buscan a las hembras corriendo a toda prisa y, al parecer, sólo las reconocen a una distancia de 1 ... 3 longitudes de cuerpo. Las hembras en apuros sexuales adoptan una postura de estercuel (Fig. 2) y parecen ser capaces de aumentar el rendimiento de búsqueda de los machos. Pero incluso en la corriente de olor, los machos no corren a propósito, sino que buscan excitados la fuente de olor en su entorno inmediato. **_Parásitos, inyectables_** Es innegable que los parásitos y depredadores de insectos destructores de la madera son útiles en la práctica. Sin embargo, su presencia en las granjas tiene efectos bastante inevitables, ya que el clima, la densidad de la población larvaria y la facilidad con la que llegan a sus víctimas pueden serles muy favorables allí. Por tanto, las precauciones estrictas contra ellos deben formar parte inevitablemente de las normas básicas de esta cría. Becker (1954) ofrece un excelente resumen de los perseguidores de los insectos trituradores de la madera en los edificios. A este panorama sólo podemos añadir el raro Teretrius picipes F. (Col. Histeridae) de mimbreras infestadas - avena con una vida de varios años, alta tolerancia al trabajo en seco y gran hambre. Hasta ahora, las especies relevantes han sido Spa- thiu.s exarator L. [_Beyr 1962] en el stock de madera infestado y, sobre todo, ácaros del grupo Pediculoides ventricosus en el stock de madera y en los propios cultivos. Son estos ácaros los que ayudan a determinar si la cría y las pruebas con A. punctatum tienen éxito a largo plazo o no. Por regla general, no determinamos la especie de los ácaros del vientre de bala. Recibimos estos ácaros sobre todo con la madera de reserva infectada, a menudo también enviándola y atrayéndola. Las especies infestadas eran Xestobium, Grynobius, Gastrallus, Anobium, Priobium, Colostethus, Nicobium, Lyctus, Dinoderus y Sitophilus, con orígenes desde Brasil hasta Noruega. El grupo Pediculoides ventricosus, con más de una docena de sinónimos, está formado por los géneros Pyemotes, con al menos 18, y Acarophenax, con al menos 4 especies. Acarophenax spec. (probablemente la especie trubol) vivió durante algún tiempo desapercibida en cultivos de Sitophilus granarius (L.) y de allí pasó a otras especies en el laboratorio [p. ej. K. de los Tarsonemini y otros ácaros en jaulas véase Stammer 1957, 1959). Herfs (1926a, b) hizo la contribución más detallada a la ecología de este grupo en pediculoides ventricosus (Newp.) Berl. de cultivos de Tineola. Independientemente de la diversidad de especies que hoy se oculta bajo este taxón, fueron estos trabajos y las experiencias de ensayo con pequeños cultivares de Pyemotes de los que pudimos extraer las siguientes contra-reglas: - Hay que comportarse con los ácaros como si fueran patógenos ubicuos. - Las larvas jóvenes infecciosas permanecen inobservables durante el trabajo práctico, ya que son organismos finos como el polvo y sólo se hacen claramente visibles bajo una lupa. - Cualquier trozo desconocido de madera, paquete de alimentos o piensos infestado de insectos debe considerarse como un foco de infección; designar las salas en las que se procesa dicho material, si es necesario calentarlas a 70ºc. - No debe existir conexión alguna entre el material salvaje y la cría, a excepción de las jaulas, que pueden considerarse casi libres de parásitos tras la cuarentena descrita. Sin embargo, también deben retirarse de los recipientes de cría lo antes posible después de la puesta de huevos, para que se interrumpa con absoluta seguridad el puente larva-caferácea-larva de los ácaros de las bolitas. El inicio de la cría con escarabajos y la cuarentena excluyeron sin duda a las avispas icneumónidas como parásitos. No es aconsejable iniciar la cría con larvas separadas, el éxito es menor y el peligro de introducción es mayor. - La cristalería de cría debe colocarse aislada la una de la otra en líquidos de barrera o con otras barreras; en nuestro país se ha conservado el agua con agentes humectantes no biodegradables para los arreglos de pie y cuerdas empapadas con 5% de B-naftol en Vaseine para los arreglos colgantes. Que cada orden de cría sea una pequeña fortaleza en sí misma; los vidrieros, por ejemplo, no pueden tocarse. -No se debe permitir que las personas que trabajan con material presuntamente infectado entren en las salas de reproducción durante 24 horas, a pesar de la limpieza. Tenga en cuenta que los ácaros globo pueden atacar ocasionalmente a los seres humanos. - Todas las medidas deben establecerse y mantenerse de forma permanente. Hasta ahora, las infecciones por bacterias no se han descrito. Según nuestras observaciones, se trata de invasores no patógenos en los micetomas y los micetocitos. Hasta ahora se han observado dos formas. Uno de ellos siguió el ciclo simbionte en las bolsas simbiontes de las hembras y pudo así transmitirse al huevo. El segundo Fonn, observado con más frecuencia (Fig. 11), se encontró posteriormente en el intestino de los óvulos; también podía transmitirse a través del meconio. Los intentos de aislamiento de esta forma en medios de caldo y agar fracasaron. Los aditivos proteicos como el extracto de levadura en la madera cultivada parecen favorecer la aparición de dichas bacterias. Aunque estas bacterias no han sido patógenas hasta ahora, representan un factor perturbador de magnitud desconocida que sería deseable evitar. Hasta ahora, las únicas medidas preventivas que podemos recomendar son la higiene general de la habitación y agua libre de bacterias para los sistemas de humidificación (vapor o agua descalcificada de los sistemas Osmoc). No se puede descartar que el ser humano sea también un posible infectante. Estas observaciones sugieren que deberían tomarse muestras de micetomas y simbiontes. El contenido de un micetoma puede comprobarse fácilmente en muestras exprimidas bajo el microscopio de contraste de fase. **Breve descripción del ciclo de cría** 1. El material básico para la cría es la avena recién eclosionada de A. punctatum. Se obtienen a partir de madera infestada de forma natural. Se mantiene en un insectario sin calefacción, al aire libre, lo más lejos posible del laboratorio y de las salas de cría. La madera debe humedecerse a intervalos. 2. 2. Durante el periodo de eclosión, los óvulos se recogen diariamente de las superficies y golpeándolos ligeramente fuera de las galerías de eclosión. Se mantienen en cuarentena durante 24 h, por ejemplo, en un frasco adecuado con papel de filtro en posición vertical, que previamente se ha empapado con una solución al 1% de B-naftol en alcohol y se ha vuelto a secar completamente. Sólo los kafer que están sanos después de este tiempo se utilizan para el cultivo, el sedimento en los frascos se destruye. 3. Las personas que hayan recogido avena deben limpiarse de pies a cabeza, cambiarse la ropa de arriba y, si es posible, no deben entrar en las salas de cría durante 24 horas. 4. La madera utilizada para la cría es astilla de roble cuidadosamente secada (véase DIN-EN 20 - Apéndice A) o avellano, ambas en forma de nudos partidos. La madera se coloca verticalmente en tarros de cultivo. Las áreas transversales orientadas hacia arriba se cubren con gasa de 0,3 ... malla de 0,5 mm y pegado con pasta de metilcelulosa (de calidad alimentaria). 5. 5. El clima de la sala de cultivo se mantiene cerca de las condiciones óptimas en Europa de mayo a noviembre del año siguiente (de 18 a 19 meses); 20 ... 22 ºC ± 1ºC ,80...85% ± 5% RH. La humedad es favorable. El sistema de humidificación debe funcionar con agua estéril. El aire de la habitación circula por un ventilador. 6. 6. Los frascos de cría preparados se preacondicionan en esta sala durante al menos 1 semana. Ahora deben mantenerse separadas unas de otras y de pie en un líquido de barrera durante todo el periodo de cría. Tras la cuarentena, los escarabajos se separan por sexos. El número por tarro se calcula en función de la cantidad de madera; 15 ... 20 cm3 de madera deben estar disponibles por pareja y hembra. Se debe disponer de 20 cm3 de madera para cada pareja y hembra. Los frascos se cierran con una gasa gruesa (malla de 0,8 mm aproximadamente). En las 3 semanas siguientes, se retirarán todas las muertas y, al final de la 4ª semana, también se retirarán y destruirán las kappers restantes. 7. Al año siguiente, se iniciará un segundo lote de cría del mismo modo. 8. Después de 18.... 19 meses, los glaciares reproductores están expuestos a un periocleo frío -en la sala de cría o en una cabaña al aire libre- desde mediados de noviembre hasta finales de marzo aproximadamente. Después se mantienen en las condiciones climáticas indicadas en el punto 5 hasta que se produce la eclosión del café. Proceder del mismo modo con el segundo lote de cría; de este modo, se obtiene una cría de café cada año en alternancia. Con trozos de madera, que ya después de 15... 18 meses, se puede producir un gran número de larvas con un peso superior a 7 mg mediante enfriamiento artificial en un frigorífico doméstico, 7 ºC, 65... 70% de humedad relativa durante 60 a 80 días, se puede conseguir una eclosión intermedia fuera del periodo normal de eclosión. 9. La humedad relativa del aire es del 70%. 9. Todas las medidas adecuadas para evitar los parásitos y las infecciones se recopilan de la forma más adecuada en una norma de cría, cuya observancia constante y estricta debe imponerse.