Los libros científicos de síntesis son escasos. Exigen demasiado trabajo y conocimientos para ser realizados por un solo hombre y es posible que en un futuro cercano desaparezcan. Es una lástima, puesto que el trabajo en equipo nunca ha dado muestras de originalidad. Se puede hacer mucho en la investigación de rutina, yo también lo he hecho, es algo innegable. Sin embargo, no existe una meditación colectiva. Los fundamentos de la ciencia fueron construidos por hombres aislados. Un LAMARCK o un EINSTEIN han contribuido más al progreso de la ciencia que una armada de trabajadores sin imaginación y sin talento.   Se observa que las memorias fundamentales son relativamente pocas, pero que son el origen de la proliferación de otras notas o memorias que las repiten o parafrasean. La desaparición de 75 de 100 páginas de papel impreso usado en estas publicaciones de rutina disminuirá poco nuestro conocimiento sobre las termitas. ¡De cuánto peso se libraría la terminología si esta desaparición se hiciera realidad!, ¡no más búsquedas bibliográficas ni lecturas estériles!, ¡Cuánto ahorro de tiempo! Teniendo en cuenta toda la investigación que he llevado a cabo desde 1921, es decir, desde hace más de medio siglo, me pareció útil recoger los resultados de mis estudios, algunos publicados y otros inéditos, e integrarlos al conjunto de trabajos de otros **termitólogos** para consolidar una especia de obra unitaria. Ésta no pretende ser la suma de conocimientos sobre los isópteros, sino que desea dar una visión general de estos insectos, una visión más completa y más precisa que las que se encuentran en aquellos libros hechos de mosaicos de capítulos mal articulados los unos con los otros. Me concentré en la vida social de estos insectos porque expresa y revela sus características más originales y fundamentales. A veces no dudé en señalar a otros órdenes de insectos, con el fin de determinar su verdadera naturaleza y el origen de su comportamiento. Sin embargo, no hay que caer en el error generalizado de considerar la evolución de la sociabilidad a través del reino animal, como si hubiera continuado así a lo largo de los siglos. Ninguna “cadena” evolutiva une a grupos de animales sociales entre sí. La anatomía y la etiología comparadas son suficientes para convencerse que las termitas evolucionaron de forma independiente. Incluso la paleontología, a pesar que sus registros aún son escasos, confirma el aislamiento de las termitas, **provenientes de la orden Blattodea**. Muy probablemente, su historia **comenzó en el Triásico** **para terminar al comienzo de la Era Terciaria**. Las termitas del Ámbar del Báltico se parecen totalmente a las formas actuales. *La evolución en el transcurso de los últimos 30 millones de años ha sido muy poca.* Los **himenópteros** evolucionaron mucho más tarde, dividiéndose en varios linajes evolutivos, algunos de los cuales se socializaron parcial o totalmente. Los isópteros constituyen un todo homogéneo y autónomo que ha pasado por una evolución muy original y considerablemente conservadora. Las formas arcaicas persisten a pesar de las formas más evolucionadas, permitiendo a los zoólogos trazar su historia con relativa precisión. **Las termitas huyen de la luz**, sus dominios son los de la **oscuridad y la humedad.** Las abejas, hijas de la luz, recolectan su alimento de flor en flor.  Ambos tipos de insectos han evolucionado de forma independiente y han formado, cada uno a su manera, las sociedades animales más complejas y más coherentes que existen sobre la faz de nuestro planeta. La orden de los isópteros por sí sola constituye un universo donde los automatismos reinan como soberanos. Pero la vida, aquel cuadro que encierra todo, nunca está rígida; no va en contra de la regla de la plasticidad y tampoco suprime las facultades de adaptación. La [[estigmergia]], gracias a la cual se regulan las actividades constructoras, proporciona evidencia clara. Las termitas se encuentran entre los animales más altamente socializados. Están en un grado sólo sobrepasado por el hombre. La “literatura” concerniente a las termitas es ya considerable, pero menor a la que se centra en las hormigas y abejas. La ubicación tropical de la mayoría de isópteros explica en parte esta diferencia.  Incluso con la ayuda de un directorio bibliográfico (además incompleto), no es posible reunir la totalidad de las publicaciones relativas a las termitas, puesto que son tan numerosas que algunos escapan astutamente como ratas de biblioteca. Por último, están aquellas publicaciones impresas en  pequeñas revistas poco difundidas que son prácticamente imposibles de encontrar. Sin duda, la ausencia de algunas notas o memorias no compromete el valor global de la síntesis, pero reduce el alcance. Lo ideal es haber leído todo, lo mejor y lo peor, ya que incluso una nota mediocre puede contener una nueva idea o revelar un avance importante. Leer todo es la tarea a la que debe someterse el autor de una obra de síntesis. Por último, debemos tener cuidado con el antropomorfismo aplicado a las sociedades animales, a través del cual la sociobiología está estrechamente vinculada a la biología y política. Hemos demostrado (1980) a que ideología totalitaria conduce esta práctica, la cual tuvo en la Alemania hitleriana un precursor personificado en el termitólogo [[Karl ESCHERICH]]. De lo anterior podemos deducir que sería útil estudiar el comportamiento de los termitólogos y sobre todo su motivación si deseamos entender el propósito detrás de sus publicaciones. La edición de tratado se ha vuelto tan costosa que no es posible a menos que un patrocinador se haga cargo. En el presente caso, le debo a la comprensión y generosidad de la Fundación Singer-Polignac el poder publicar un libro destinado, sobre todo, a especialistas. Expreso mi gratitud a dos Presidentes y amigos Robert COURRIER y Étienne WOLFF, así como a todo el Consejo de Administración. A Yvonne BRUCKER, Secretaria General de la Fundación Singer-Polignac, quien por su dedicación y competencia jugó un rol esencial en la edición del presente Tratado. Ruego acepte mi respetuoso agradecimiento. Por último, tampoco olvido a los termitólogos que amablemente me enviaron sus publicaciones y me autorizaron a reproducir las imágenes. Estoy agradecido por la gran ayuda y confraternidad que me brindaron. **DEFINICIÓN E HISTORIA** Son insectos que tienen desarrollo directo ([[ametábolos]]), aparato bucal de tipo masticador, con dos pares de alas membranosas, muy similares y de abundante nervadura. En reposo, las alas se superponen sobre el lado dorsal del animal. En la base de las alas existe una sutura basilar, una línea de menor resistencia, donde el ala se quiebra después de la emigración. La armadura genital es muy reducida en las especies consideradas primitivas, y está ausente en las otras especies (Fig. 1). **La celulosa es el principal alimento energético de todas las termitas. La digieren con ayuda de simbiontes como bacterias, zooflagelados y hongos [[basidiomicetos]].** Todas las termitas llevan una vida social de gran complejidad y su sociedad comprende no solo diferencias en las funciones sexuales, sino también en las castas neutrales ápteras que se dividen entre soldados y obreros. Las reproductoras aladas son insectos pigmentados y alados, los cuales pierden sus alas durante el cortejo nupcial. Las reproductoras primarias pueden ser reemplazadas por las reproductoras secundarias. La gran mayoría de isópteros habitan en las regiones cálidas del globo. **HISTORIA** El lector deseoso de conocer al detalle la historia de nuestros conocimientos sobre las termitas del periodo precedente a 1855 deberá consultar la Monographie der Termiten (Monografía sobre Termitas) de [[Hermann A. Hagen]] (1855, pág. 1-144). Este trabajo exhaustivo de extrema erudición no ha perdido para nada su valor. El término **tarmes o termes fue utilizado por los romanos**. Littré, en su diccionario de la lengua francesa, introduce termes como sinónimo de termita y le concede a la palabra tarmes etimología como **gusano roedor**, ya escrito termes con anterioridad por **Isidore de Séville**. Las citaciones de termes o tarmes que reporta Hagen (pág. 3 de su Monographie) se refieren a un gusano de color blanco que vive en la madera o la carne. Según Duméril (1828), los autores latinos Festus y Valerius Flaccus habían designado bajo el término Termes a un gusano que roe la madera y lo emplearon en género masculino, mientras que Linné lo hizo en género neutro. Hasta el año 1758 el ilustre naturalista sueco no empleó la palabra, y fue en ese mismo año que durante la 10ma edición de Systema Naturae creó el género Termes y lo colocó entre los géneros de Podura y Pediculus. De hecho, él no conocía a las termitas, y la prueba es, como señala Desneux (1904), que describió “dos termitas aladas con el nombre de Hemerobius marginalis y H. testaceus”. Koenig, en 1779, describió a algunas termitas de Asia por la primera vez con relativa precisión.  Otra nota que marcó fecha en la historia de la “termitología” fue aquella de Smeathman (1781) con su cita “Somme account of the Termites which are found in Africa and other hot climates”, la cual dio a conocer algunas de las características de los nidos y la estructura del nido de los Termes (= Bellicositermes) bellicosis, Termes (= Cubitermes atrox), Termes destructor, Termes (= Nasutitermes) arborum. Los termes mordax, atrox y destructor no se pudieron relacionar luego con especies posteriormente descritas. Por primera vez, la casta de termitas (B. bellicosus) que roen hongos y sus nidos fueron correctamente representados. Fabricius, en su equivocación, insertó a los termes muy cerca de las hormigas. Latreille (1794), más perspicaz, mostró el error del clasificador danés y volvió a unir a las termitas a los neuróptera, creando así la familia Termitinae (Leach, 1815, Termitides), pero introduciendo erróneamente a los Psocus. En 1832, Brullé inventa el término Isóptero para designar al conjunto de termitas, elevado hoy en día al rango de orden. Poco a poco la familia se restringió al término de Termes, pero en 1849, Heer tomó en consideración las formas fósiles y creó los dos subgéneros Termopsis y Eutermes. Hagen es quien tiene el mérito de haber reconocido los límites del orden y de haber realizado la síntesis de conocimientos de aquel entonces sobre el conjunto de termitas. Volveremos a hablar de su obra cuando mencionemos la sistemática. Antes de la publicación de la Monographie der Termiten, algunas notas y reportes cortos habían aportado nuevos conocimientos sobre la biología de las termitas, sobre todo aquellos de Bobe-Moreau (1843), de los cuales Hagen hizo una buena síntesis en su monografía. Sin embargo, fue la nota de Grassi et Sandias (1983-1984) la que inauguró los grandes trabajos sobre la biología de las termitas, su polimorfismo y su simbiosis con los zooflagelos. Los Metatermitidae corresponden a la gran familia de los Termitidae, extremamente heterogénea, como una especie de bolsa que reúne la totalidad de termitas desprovistas de zooflagelos simbióticos. En realidad, N. Holmgren fue el primero que comprendió la sistemática de los isópteros y diferenció las unidades taxonómicas correspondientes a las presuntas líneas evolutivas. Después de Holmgren, la publicación de trabajos en conjunto cesó. Las contribuciones más notables por su valor fueron las de Silvestri (1902-1945) a nuestro conocimiento de la sistemática de los isópteros y las de Hungate (1936-1944) sobre la digestión de la madera. Alfred E. Emerson fue el más erudito entre los investigadores de termitas. Él prácticamente había visto todas las especies de termitas en el transcurso de sus viajes de investigación, sus visitas a museos y sus intercambios. Su experiencia del orden es realmente irremplazable. El empleo del microscopio sobre las diversas formas ha hecho progresar en gran mesura nuestro saber sobre las estructuras y, en consecuencia, sobre la fisiología. Las técnicas que la química ha puesto a disposición de los entomólogos ha permitido la identificación de feromonas, lo cual otorga nuevas facilidades de experimentación e interpretación. Sin embargo, aún falta emprender muchas investigaciones para hacer más precisos nuestros conocimientos y llenar algunos vacíos que permanecen abandonados o borrosos. Tomando como modelos términos como teriología, ornitología y cancerología, proponemos la termitología para designar la ciencia que toma por objeto de estudio a las termitas. **TRABAJOS CITADOS Y OBRAS EN GENERAL** - BOBE-MoREAU (M.), 1843. - Mémoire sur les Termites observés el Rochefort el dans di vers lieux du département de la Charente-inférieure. XLIV pág., 122 pág. Hus, Sainte. - BRULLÉ (A.), 1832. - Des animaux articu1és. Exp. sciel1l. Morée, tomo 3 (zoología) pág. 66, París. - DESNEUX (J.), 1904. - Isoptera, Fam. Termitidae in Genera insectorum de P. WYTSMA" fase. 25, Bruxelles, 52 pág. - ESCHERICH (K.), 1909. - Die Termiten oder weissen Ameisen. Eine biologische Studie, W. KLI NKHARDT, Leipzig, 198 pág. - FEYTAUD (J. DE), 1966. - Le peuple des Termifes, 3er éd., Collection Que sois-je ?, Presses Universitaires de Franee, París, 128 pág. - GRASSÉ (P. P.). 1949. - Ordre des Isopteres ou Termites. In Trailé de Zoologie, tome IX 408-544, Masson, París. - HAGEN (H. A.), 1855-1860. - Monographie der Termiten. Linnaea Enlom., 10, 1-/44 et 270-325; 12, 1-342 et 459-461 ; 14, 73 -1 28. - H ARRIS (W. V.), 1961. - Termites, their recognition and control, Longmans, Londres, 187 pág. - HEGH (E.), 1922. - Termites. Partie générale, Imprimerie industrielle et financière, Bruselas. 756 pág. - HOLMGREN (N.), 1909-/912. - Termiten Studien. 1 á IV. Kung. svenska. Veto Akad. Handl. , Upsala ef Sfockholm , ser. B, 44, 1-215; 46, 1-86; 48, 1-/66. - HOWSE (P. E.), 1970. - Termites: a study in social behavior, Hutchinson Univ. library, Londres, 150 pág. - KALIFMAN, 1961. - Ceux qui vivent sous terre (en russe). Moscou, 193 pág. - KOENIG (1. G .), J 779. - Naturgesehichte der sogenannten weissen Ameisen. Beschr. Berliner Gesellsch. naturforsch. Freude, 4, J-28. - KOFOID (CH. A.), 1934. - Termites and termite control. Cambridge Univ. Press, Londres, 734 pág. - LES PES (CH.), 1856. - Recherches sur l'organisation et les moeurs du Termite lucifuge. 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